Comentario
En el año 707 murió a los veinticinco años el emperador Mommu Temnu, siendo sucedido en el trono por su madre, la emperatriz Gemmei (708-714), que acabó con la costumbre de tener una corte itinerante, o de cambiarla de ciudad tras la muerte de un soberano. En el año 710 la ciudad de Nara, en la provincia de Yamato, se convierte en la residencia imperial. En Nara residieron sucesivamente ocho emperadores, y tuvo lugar, en el siglo VIII, un florecimiento artístico y literario que culminó con la compilación del "Nihonshokio" o primeras crónicas imperiales, escritas en lengua china, y en las que se recogían los orígenes mitológicos de las dinastías reinantes. También se construyeron suntuosos templos dedicados a Buda, destacando el de Todaiji, en la propia Nara, para honrar una estatua gigante dorada de Buda de 16 metros de altura.
La época Nara estuvo llena de enfrentamientos cortesanos, sobre todo durante los dos reinados de la emperatriz Koken (749-758 y 764-770) en que se registraron una serie de luchas palaciegas entre su ministro Fujiwara Nakamaro y el influyente sacerdote budista Dokio. Estas luchas, que pusieron en peligro el trono y la vida de la emperatriz, abrieron los ojos a los círculos palaciegos que se dieron cuenta del peligro que podía representar la influencia de un clero poderoso en la dirección del imperio, lo que fortaleció la figura del emperador y determinó al emperador Kammu (781-806) a buscar una nueva capital para alejarse de los numerosos monjes budistas que controlaban Nara. Primero se instaló en Nagaoka, para trasladarse en 794 de manera definitiva a Kyoto, también llamada Heian (La Paz), que fue la única residencia imperial hasta 1868.
En la nueva y definitiva capital se gestará y culminará un nuevo régimen imperial, en que poco a poco el soberano fue perdiendo el ejercicio efectivo del poder, para sólo conservar su autoridad sagrada como única fuente de legitimidad.
Durante el reinado de Kammu, y junto a una reforma estatal interior y trabajos de construcción, se lleva a cabo una actividad política exterior de considerable alcance, aparte del traslado de la capital. El principal éxito que se logró fue la derrota definitiva de los ainu, los primitivos habitantes del Japón.
Las guerras contra los ainu apenas habían tenido hasta entonces éxitos positivos. Sólo el emperador Kammu cambiaría la situación gracias a las reformas que llevó a cabo en las guarniciones del Norte, que se formaron con soldados profesionales, y su creación corrió a cargo de los señores feudales locales. Los ainu fueron vencidos definitivamente el año 812, y tuvieron que huir a la isla de Hokkaido, en el Norte. El general de Kammu, Sakanone Tamuramaro, fue el primero que recibió el titulo de Sei-i-tai Shogún, o sea, generalísimo para vencer a los bárbaros. La historia de Japón continúa durante las épocas Heian y Fujiwara.